Monday, February 13, 2006

experiencias 2

Ciertas fluctuaciones del ánimo. Alma azucarada, alma amarga, alma descafeinada. De cuando en cuando, un ligero sobresalto. Pero luego se vuelve al mismo discurrir uniforme y aburrido. El mundo te reclama, voces y dedos te distraen, una palmada en la espalda es suficiente para recordarte que estás, que perteneces, que formas parte de esto que los más optimistas llaman "realidad" y los más pesimistas, "desconsuelo".
Entonces, ¿a qué temer oscilaciones? En cierto modo, una sensación de más o una sensación de menos, a la luz de la lámpara o bajo el calor opaco del sol de invierno, acaba formando parte de esa misma conciencia que busca aferrarse al mundo en todo momento. Digo, no te confundas, digo que al fin y al cabo tú siempre serás tú, pese al ánimo fluctuante, la realidad o el desconsuelo.

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